LA PUERTA HACIA A TI

En el camino de nuestra existencia, ni siquiera tenemos claro cuáles son las preguntas esenciales. Y si desconocemos las preguntas ¿ Cómo vamos a encontrar las respuestas?

Pero hay algo que nos puede ayudar: caminar este camino de la existencia con los ojos bien abiertos. No sabes cuando te llegaran las respuestas, ni de donde vendrán, ni cómo. Ni tampoco sabes cuándo te llegarán las respuestas, ni de donde vendrán, ni cómo. Ni tampoco sabrás si tenías una pregunta a la que correspondiera esa respuesta.

¿Quién eres? ¿Qué eres? Hay una pregunta que la gente casi nunca se hace: ¿qué sentido tiene la vida? Pues bien, aquí estás. ¡enhorabuena! Es increíble que estés, porque hubo un tiempo en el que no estabas y un día no estarás. Pero ahora estás vivo, y todas tus historias, tus ideas, todo lo que te gusta y lo que no te gusta, todas las cosas que ocurren y por las que juzgues tu vida, no son más que un sueño, SIMPLEMENTE UN SUEÑO.

No hay que tomarse los sueños a la ligera. Estoy seguro de que has tenido sueños de los que has despertado con el corazón palpitando muy deprisa: ¡ oh Dios mio! Pero no eran mas que sueños.

Y en medio de esos sueños, hay una realidad que es bellisima, asombrosa, increíble. Hay un lugar en el que puedes estar verdaderamente despierto, y es precioso. En ese despertar no hay juicios. No existe eso de bueno o malo, de correcto o incorrecto. En ese despertar no hay juicios. No existe eso de bueno o malo, de correcto o incorrecto. En ese despertar no eres juzgado, no hay varas de medir ni competiciones, ni hay nadie de pie que sacude una bandera a cuadros diciendo: Ganaste o perdistes, No hay nada de ese tipo, NADA.

Solo existe la hermosa realidad de que estés vivo, de que tienes la capacidad de comprender, de conocer, de admirar.