EL VIEJO SOÑADOR
Había una vez un hombre que siempre estaba soñando, de todas las cosas que deseaba en su vida, soñaba con una chica preciosa con la que quería casarse, soñaba con tener un cargo en el gobierno y conseguir un trabajo bien pagado asique era muy bueno en eso de soñar, pero no tenía consciencia de la realidad y diariamente le sucedían cosas y las ignorabas, le llegaban cartas y las ignorabas. Y un día llego a la vejez, dio un repaso a su vida y recordó sus sueños, empezó a lamentarse que ninguno de esos sueños se hubiera hecho realidad y ya era demasiado tarde. Se sentó en el salón y empezó mirar alrededor y vio un montón de cartas apiladas, comenzó a abrirlas y a leerlas y con su asombro se encontró con una carta de su novia, diciéndole que quería casarse con el, pero él nunca leyó aquella carta, asique el la llamo y ella le dijo: te espere, te espere, pero no me respondiste asique seguí con mi vida y me casé, abrió otra carta y era del rey para ofrecerle un trabajo, llamo al rey, y el rey le dijo: que estuvo esperándole pero no le respondió, siguió abriendo las cartas y se dio cuenta que sus sueños se habían hecho realidad solo con haberlo comprobado en su momento donde él estaba, no tendría que lamentarse, estaría celebrándolo.
EL VIEJO SOÑADOR
Había una vez un hombre que siempre estaba soñando, de todas las cosas que deseaba en su vida, soñaba con una chica preciosa con la que quería casarse, soñaba con tener un cargo en el gobierno y conseguir un trabajo bien pagado asique era muy bueno en eso de soñar, pero no tenía consciencia de la realidad y diariamente le sucedían cosas y las ignorabas, le llegaban cartas y las ignorabas. Y un día llego a la vejez, dio un repaso a su vida y recordó sus sueños, empezó a lamentarse que ninguno de esos sueños se hubiera hecho realidad y ya era demasiado tarde. Se sentó en el salón y empezó mirar alrededor y vio un montón de cartas apiladas, comenzó a abrirlas y a leerlas y con su asombro se encontró con una carta de su novia, diciéndole que quería casarse con el, pero él nunca leyó aquella carta, asique el la llamo y ella le dijo: te espere, te espere, pero no me respondiste asique seguí con mi vida y me casé, abrió otra carta y era del rey para ofrecerle un trabajo, llamo al rey, y el rey le dijo: que estuvo esperándole pero no le respondió, siguió abriendo las cartas y se dio cuenta que sus sueños se habían hecho realidad solo con haberlo comprobado en su momento donde él estaba, no tendría que lamentarse, estaría celebrándolo.