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  METÁFORA DEL PEP 8
 

ÁRBOLES EN EL JARDIN DE LA VIDA

 

Esto es una metáfora, pero es verdad: cuando venimos a este mundo, se nos entregan unas semillas, y la cuestión es: ¿qué son y qué hacemos con esas semillas?

Hay una semilla de la ira, pero también una semilla de la bondad. Hay una semilla del amor y una semilla de la comprensión. Hay una semilla de la duda y una semilla de la confusión. Y de la semilla que hayas plantado en el jardín de tu vida saldrá, a fin de cuentas, el árbol bajo cual te sentarás. Lo apacible que sea esa experiencia, dependerá de la semilla que hayas plantado.

Cada semilla tiene algo que ofrecer. Cuando se siembra y germina, se convierte en un árbol que tendrá características muy particulares que pueden gustarte o no.

EL ÁRBOL DE LA IRA

No se trata solo de sembrar semillas, también hay que nutrirlas, regarlas, protegerlas y cuidarlas para que puedan crecer.

La mayoría de nosotros hemos sembrados las semillas de la ira. Parece ser que no vacilamos en acercaros al árbol de la ira, pero no nos gustan sus frutos ni sus residuos. Así que te prometes a ti mismo no volver a acercarse a ese árbol. Pero, ya sea porque te olvidas o porque te has acostumbrado a vivir de forma inconsciente, no vacilas en volver a ese árbol y dejar que te cubra con su resina una y otra vez. Es algo repulsivo y, a veces, uno puede tardar toda su vida en quitársela de encima. Dos personas se quieren, pero cada una visita por separado su pequeño árbol de la ira y así terminan diciéndose: “ Te odio; ojalá no hubieras nacido”.

Este es un buen ejemplo de semillas y arboles. Si plantas una semilla y la cuidas, crecerá un árbol. Si quieres saber lo que has estado cultivando, abre la ventana y observa tu jardín para ver los árboles que allí tienes.

EL ÁRBOL DE LA DUDA

Hay personas que siembran la semilla de la duda: ¿realmente va a suceder? Aparece el árbol de la duda. También es repulsivo, porque produce un polvo que se esparce por todas las partes y convierte en nada lo que pudo haber sido algo precioso.

En la vida, una de las lecciones más importantes que hay que aprender, y esto va a sonar raro, porque estamos hablando de la duda, es que debes conceder a cada nuevo día el beneficio de la duda. Esto es una duda positiva, la negativa es: oh dios mio! Algo va mal. La naturaleza del árbol de la duda es dudar de todo. Te hace dudar de tu capacidad para comprender tu experiencia, tu vida. Y todo eso porque se sembró una semilla, la semilla de la duda.

 

 

 
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