EL HOMBRE Y EL AGUA

Había una vez, un hombre que compró una casa y se dio cuenta de que había escased de agua, no le bastaba con el agua que tenía, asique se puso a investigar a fondo y encontró un lugar donde escavar para encontrar agua. Consiguió una pala y comenzó a cavar, hacía calor y era un trabajo agotador, hasta que un día llegó al límite, y se quedó sin agua. Después de haber trabajado al sol con mucho calor, tenía una sed enorme y sabía  que si no conseguía agua enseguida se moriría, asique empezó a pedir a gritos agua agua agua. Entonces alguien le oyó, se acercó a él y le dijo: ven conmigo que te llevaré al agua; lo cogió de la mano y lo llevo no muy lejos de su casa, detrás de la montaña había un rio enorme y muy caudaloso en el que fluía profundas aguas y cristalinas, al ver el agua el hombre se tiró al rio, se refresco y bebió hasta quitad su sed. De que salió le dio las gracias al hombre, volvió a su casa, cogió la pala y siguió cavando el pozo. Ese rio no estaba muy lejos, no quedaba tan lejos de su casa no necesitaba ningún pozo una vez que había encontrado el rio, pero estaba tan metido en la tarea de cavar el pozo, que esa tarea se volvió más importante que encontrar el agua. Ya había encontrado el agua, el pozo le sobraba, pero estaba tan empeñado en hacer el pozo porque había hecho tantas investigaciones, había invertido tanta energía y tiempo en calcular el lugar exacto donde debía cavar, que aunque encontró el agua en otro sitio seguía cavando el pozo.