EL CUENTO DEL LADRÓN

Había un hombre que decidió salir a ganar dinero, dejo su casa, abandono su hogar y se marchó a la gran ciudad. Montó un negocio y gano bastante dinero. Después de unos meses iba caminando, y en la carretera había un ladrón que le echo el ojo, al ver la ropa buena y los objetos de valor que llevaba, se dio cuenta que se le avecinaba una oportunidad para robar a ese hombre, asique el ladrón se puso caminar junto al hombre y empezó a preguntarle: ¿a dónde vas? ¿De dónde vienes? y el hombre le respondió: estoy muy contento de volver a casa, después de meses en la gran ciudad he ganado mucho dinero y ahora vuelvo a casa. El ladrón se alegró mucho porque era la oportunidad de ganar mucho dinero, esa noche decidieron alojarse en un hotel como se habían hecho amigos, compartieron habitación, cuando estaban en la habitación el hombre se cambió y le dijo al ladrón vamos a comer algo, bajemos a cenar. El ladrón le dijo: baja tú, que yo iré enseguida, entonces aprovechó la ausencia del hombre para registrar la habitación a fondo para encontrar el dinero, pero no lo encontró y bajo  a cenar. Al día siguiente caminando el ladrón le preguntó: ¿así que has ganado mucho dinero verdad? Si, si le dijo el hombre he ganado mucho dinero y me lo llevo a casa tengo ganas de dárselo a mi mujer y a mis hijos. El ladrón pensó: valla, me dice esto una y otra vez, busqué y no había nada. Asique se volvieron a quedar en otro hotel y paso lo mismo y el ladrón no encontró nada. Al día siguiente reemprendieron su viaje, y el ladrón le confesó: Soy ladrón, ya estas llegando a casa, estas a salvo, pero me dijiste dos veces que tenías mucho dinero, y cada vez que bajabas a cenar yo registraba la habitación pero no encontraba nada; ¿es verdad que tienes mucho dinero? y si es así ¿que hiciste con él? Entonces el hombre le explicó: Si que tengo mucho dinero y lo llevo conmigo, pero desde la primera vez que te acercaste a mí con amabilidad pensé que eras un ladrón y  por eso cuando no mirabas yo cogía todo el dinero y lo ponía debajo de tu almohada, tu buscabas bajo mi almohada, en mi cama y en mi ropa pero no se te ocurrió nunca buscar bajo tu almohada, si lo hubieras echo hubieras encontrado el dinero.